Fotografía en la Semana Santa complutense 

Una ponencia de Baldomero Perdigón Melón

Heredar es siempre una gran responsabilidad. Se dice que los hijos con una buena herencia suelen despilfarrarla sin sentido cuando el legado es material. Bueno, supongo que no siempre será así, pero así son los dichos populares.

Pero hay otros legados que nos dejan nuestros padres y me quiero centrar en el de los oficios.  ¿Qué mejor legado te pueden dejar que la capacidad de realizar un oficio? En el mundo que vivimos es una rara avis que un hijo o hija siga los pasos de sus ancestros en el tema del oficio, pero antaño era lo normal, era el camino más evidente.

Baldomero Perdigón Melón es un exponente de ese fenómeno extraño del que hoy en día sigue los pasos del padre. Del Baldo original heredó dos pasiones: la fotografía y el amor por Alcalá de Henares. Y lejos de derrochar este legado, lo cultiva, lo mejora y lo proyecta hacia el futuro.

Si antes encontraba placer en reconocer la silueta de Baldomero Perdigón Puebla en las calles de nuestra ciudad, hoy me sucede lo mismo con su hijo Baldo, fotógrafo alcalaíno con el que tenemos la suerte de contar para nuestro primer encuentro de la temporada en el marco de las “Conversaciones sobre fotografía”.